En el intrincado panorama político y social de Colombia, uno de los nombres que emerge como un faro de lucha incansable por los derechos humanos es el de Alfredo Vázquez Carrizosa. Abogado formado en la prestigiosa Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, su huella se forjó a lo largo de una carrera multifacética que abarcó la política, la diplomacia, la academia y el periodismo.
No obstante, su verdadero protagonismo se hizo palpable en el nacimiento del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH). Este foro de acción colectiva surgió en el marco del I Foro Nacional por los Derechos Humanos y las Libertades Democráticas, un acontecimiento que tuvo lugar los días 30 y 31 de marzo de 1979 en la ciudad de Bogotá. Vázquez Carrizosa, junto a notables personalidades como Gabriel García Márquez, Héctor Abad Gómez y Luis Carlos Galán, entre otros, se erigió como un baluarte contra las graves violaciones a los derechos humanos perpetuadas bajo el Estatuto de Seguridad promulgado por el presidente de la época, Julio César Turbay Ayala (1978-1982).
El ascenso de Vázquez Carrizosa al liderazgo del CPDH marcó un punto de inflexión. Este político, paradójicamente proveniente del Partido Conservador, se convirtió en el símbolo de una lucha que trascendía las filiaciones políticas. En su discurso inaugural en el I Foro Nacional, dejó en claro que la defensa de los derechos humanos trasciende barreras, fundando su importancia en la unidad y la universalidad del mensaje.
La diversidad que caracterizó al CPDH reflejó la visión de Vázquez Carrizosa. Bajo su tutela, el comité se convirtió en un crisol que amalgamó a individuos de sindicatos, partidos tradicionales, izquierda, comunismo, democracia e incluso sectores eclesiásticos como la Iglesia Católica.
Desde la presidencia del CPDH, Vázquez Carrizosa asumió diversas responsabilidades. Convocatorias de foros de derechos humanos, seguimiento y evaluación de la situación en el país, apoyo a víctimas y sus familias, establecimiento de relaciones internacionales y participación en eventos académicos y políticos en el extranjero, fueron algunas de las tareas emprendidas. Además, se empeñó en sensibilizar a los periodistas para una cobertura rigurosa y veraz tanto en la esfera nacional como internacional.
La travesía de Vázquez Carrizosa en pro de los derechos humanos no se limitó al CPDH. Su bagaje político y diplomático lo llevó a representar a Colombia en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 en representación de la Unión Patriótica. Durante décadas, promovió una solución dialogada al conflicto armado, la construcción de paz con justicia social y democracia, y la garantía de los derechos políticos de la oposición, siempre cimentado en lo que denominó «la exacta apreciación de la verdad».
Tras una vida política y académica prolífica, en la que destacaron sus contribuciones al estudio constitucional y su rechazo contundente a las violaciones de los derechos humanos, Alfredo Vázquez Carrizosa falleció en Bogotá el 18 de diciembre de 2001 a los 92 años. Su legado resuena en la historia de Colombia como un ejemplo de integridad, valentía y defensa incansable de los principios fundamentales que sustentan la dignidad humana.